mpr21 Redacción

Desde hace cien años la estrategia de las potencias imperialistas ha confiado en que la aviación sería el arma definitiva para imponer su supremacía militar. Las mejores expresiones de ello fueron los bombardeos contra la población civil en la Segunda Guerra Mundial. Primero los alemanes bombardearon Londres, luego los británicos bombardearon Dresde y los estadounidenses hicieron lo propio con Tokio, además de Hiroshima y Nagasaki, causando cientos de miles de muertes completamente inútiles.
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